El despertar de los españoles

Hace ya algunos meses, nació en España el movimiento 15M, movimiento que reivindica una serie de cambios legislativos y ejecutivos en España. Todos habremos oído ya hablar de estos, por ejemplo piden el cambio de la ley electoral que favorece el bipartidismo e intentan proponer una mayor participación ciudadana en la vida política. Desde un primer momento, montaron una acampada en la puerta del Sol de Madrid, a lo que le siguieron otras en el resto de España mientras los medios de comunicación nacionales intentaban esconderlo, tanto los que apoyaban al gobierno socialista como los que sostenían las ideas de la oposición del PP. Pero pronto, se dieron cuenta de que no les serviría de nada ocultarlo y entonces después de haberlo ignorado, comenzaron los ataques al movimiento. Se dijeron muchas cosas del 15M, incluso algunos medios y políticos calificaron a las personas acampadas como “perroflautas”, “etarras” y “social-comunistas”, como si esto último fuese un insulto.

Pero el 15M no se dejó manipular y convocó varias manifestaciones en contra de la crisis económica. El movimiento de dividió en comisiones que a su vez realizaban asambleas. Estas, ideaban propuestas que se presentaban en las asambleas generales en las que podía participar quien quisiese. No os voy a mentir, yo al principio estaba muy ilusionado con el movimiento, incluso pasé mucho tiempo en la acampada de Sol, pero, a medida que iba pasando el tiempo me daba cuenta de que las asambleas no llevaban a ningún sitio. Las decisiones se debían tomar por consenso y la gente nunca se iba a poner de acuerdo. Se podían tirar horas debatiendo el color de una pancarta, cuando una simple votación hubiera bastado. Y en eso radica el fracaso del 15M, en querer estar todos de acuerdo cuando cada uno tiene su opinión  sobre las cosas, en intentar imponer una sola idea.

A día de hoy, el movimiento no ha conseguido gran cosa, si bien ha conseguido hacer despertar de su “letargo político” a muchos españoles y ver la realidad de la “democracia” española.

Por ejemplo, el otro día me enteraba que unos mossos habían sido indultados después de dar una paliza y torturar a un inmigrante inocente. Y poco tiempo después, unos estudiantes valencianos que salieron a protestar por sus derechos (que los panfletos neoliberales La Razón y ABC no se han cortado y han llegado a llamar Redskins, Sharp, Okupas y hasta independentistas) fueron apaleados por unos antidisturbios con una rabia digna de los grises. Para que luego digan que España es una democracia y que la represión policial, las torturas y los “disidentes” solo existen en Cuba. Y para comprender el problema del sistema español, hay que volver al origen: la transición, para muchos, ejemplar, pero si la analizamos bien podemos observar que no es mas que una chapuza: es bien sabido que una presa con fugas, se debe construir de nuevo para que siga funcionando bien porque si tapas los agujeros con cemento al final cede, y eso es lo que está pasando en España. ¿En qué país europeo que haya tenido una dictadura es siquiera pensable que ministros de esta lleguen a participar en la transición y en la vida política del país? ¿Queremos seguir regalando flores mientras nos dan de palos o queremos una verdadera revolución? Os dejo reflexionar sobre ello.